INTRODUCCIÓN
Contar
cuentos es una maravillosa manera de ir introduciendo el placer por la
literatura (aunque como bien sabemos y hemos podido darnos cuenta haciendo esta
actividad, esta técnica no solo cautiva a los más pequeños).
Sin
embargo, esta tarea no es nada sencilla como puede parecer en un primer
momento, pues requiere tener en cuenta aspectos necesarios como:
- La hora del cuento debe ser un momento de disfrute,
una hora mágica
- Los textos deben ser seleccionados minuciosamente
- El clima o ambiente para la narración
- La interactuación con nuestros alumnos y alumnas:
tanto al principio, como durante y, sobre todo, al final.
PREPARACIÓN
Para
realizar esta actividad nos hemos dividido en grupos de tres personas; mi grupo
estaba formado por Clara Llovet y María Montojo.
Cada una de
nosotras debía escoger una estrategia para contar cuentos, y yo elegí la
lectura: esta técnica se basa en que el lector es un mero intermediario entre
el texto y un grupo de oyentes, donde la lectura es un acto de comunicación social
y de expresión oral.
ELECCIÓN
DEL CUENTO:
Para
escoger el cuento decidí investigar en los blogs de mis compañeros y compañeras,
hasta que topé con uno que me llamó mucho la atención: “¿No duermes, osito?”.
Como no tenía
el ejemplar físico decidí buscar su versión en PDF, y encontré una página que
lo tenía y ¡con las ilustraciones y todo!
Lo leí y
releí muchísimas veces, y decidí que la edad apropiada para realizar la
actividad de la hora del cuento era en un aula de 4-5 años. Me base en la
extensión del cuento y también en que en esta edad es muy frecuente que tengan
miedos nocturnos ya que se encuentran en un momento donde la fantasía y la
realidad se entrelazan y confunden constantemente.
ENSAYO
Una vez decidida
la edad adecuada para este cuento, comencé a practicar en casa leyéndomelo una
tras otra vez. Sobre todo, quería tener presentes los aspectos importantes de
la lectura: entonación, ritmo, volumen, vocalización, claridad, y que debemos
leer de una manera adulta y no caer en la tentación de exagerar las entonaciones
o cambiar las voces de los personajes (no sobreactuar).
Para
practicar se lo leí a mi compañera clara varias veces, y pude notar la
diferencia entre la primera vez y la última. Me centré en la historia, en todos
los momentos que eran relevantes, hasta que me la supe casi de memoria.
Luego me
puse a pensar cuales serían las preguntas que realizaría a los niños y niñas
que escucharían la narración sentados todos en círculo:
-
¿ ¿Os ha gustado la historia? ¿Qué es lo que más os ha
gustado?
-
¿Qué pensáis del oso grande? Y, ¿del oso pequeño?
- ¿A vosotros os cuesta iros a dormir? ¿Qué hacéis para
dormiros? – Y aquí podría comenzar una reflexión conjunta de cómo podemos
afrontar la hora de irnos a dormir, de cómo evitar tener miedo, etc., partiendo
de las experiencias personales de cada uno de los alumnos y alumnas
REALIZACIÓN
Llegó el
día de realizar la actividad en clase, la verdad que estaba un poco nerviosa de
cómo iría, sobre todo porque no iba a contarles el cuento solo a mi grupo, con
las que tengo confianza, sino que tendría que hacerlo también delante de dos
grupos más.
Una vez las
leí el cuento a Clara y María me dieron cada una un feedback. Clara me comentó
que el tono y el ritmo habían sido muy buenos, pero que debía mejorar la manera
de decir “dijo el oso pequeño/ dijo el oso grande”. María por otro lado, me
comentó que debía centrarme más en las entonaciones y en las voces de los
personajes.
Antes de
realizar la lectura con el siguiente grupo decidí preguntarle a la profesora sobre
esta última cuestión, pues como yo bien había leído en la teoría, la estrategia
de la lectura no debe ser forzada con cambios de voces o entonaciones.
Luego se lo
leí a Patricia y a Laura, y ambas me dijeron que lo había hecho muy bien, que
había conseguido captar perfectamente su atención durante toda la historia. También
me comentaron que en al principio leí demasiado rápido algunas partes por los
nervios, pero que a medida que me fui soltando se solucionó.
Por último,
me puse con Saila. Me dijo que lo había leído muy bien, que le había gustado
mucho la historia, y que la elección de la edad y las preguntas había sido la
correcta. Le pregunté sobre si había leído demasiado rápido y me dijo que no,
por lo que me puse muy contenta al ver que lo había hecho mejor.
AUTOEVALUACIÓN
Al ser la
primera vez que contaba un cuento a personas adultas, y no a niños o niñas, es
cierto que me puse un poco nerviosa. Sin embargo, me gustó la sensación que iba
adquiriendo cada vez que lo contaba, pues se me iba pasando la vergüenza y
empezaba a disfrutar más con la lectura.
Creo que
gracias al feedback de mis compañeras he podido ver cuáles eran mis fallos para
corregirlos para la próxima ocasión. Me gustaría practicas más sobre todo las
cuestiones de la velocidad y de no trabarme.
Pero sin
dudarlo me voy con una sensación muy positiva de la realización de la
actividad, pues creí que se me daría peor de lo que se me dio. Y sobre todo que
es una ocasión para aprender de los fallos y mejorar.
CONCLUSIÓN
Cuando la
profesora nos explicó la actividad, saltaron las alarmas de pánico en mi
cabeza. Pero ahora, una vez realizada, puedo ver como no era para tanto, y
encima no solo eso, sino que he disfrutado como una niña cuando mis compañeras
me leían los cuentos.
Creo que ha
sido una técnica magnifica para ensayar para nuestro futuro como maestras, pues
siempre es mejor hacer este tipo de prácticas para aprender de una manera muchísimo
más real y útil.
BIBLIOGRAFÍA
-
Labajo, I. (2017) Teoría de Literatura Infantil.
Bloque 3: La hora del cuento.
-
Waddell, M. (1994) ¿No duermes, osito?
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola Carol!
ResponderEliminarTu entrada me ha gustado mucho. Comienzas haciendo una introducción, lo cual es de agradecer para poner en situación al lector y entender de que va el post.
Está genial, y es una suerte, que hayas encontrado el libro online (solucionando además el problema de que no tenías ningún libro fisicamente), esto ha permitido que me lo pueda leer a través de tu post.
Además creo que hiciste muy bien en preguntarle a Irune durante la realización de la actividad tus dudas.
Las preguntas que planteas creo que son muy adecuadas, ya que no buscan la memorización sino saber que sentido han extraido los niños del cuento y como lo relacionan con sus experiencias personales.
Te felicito porque, por lo que indicas, fuiste capaz de mejorar los aspectos que las compañeras te habían indicado.
Estoy de acuerdo contigo en que la actividad ha resultado ser mucho más amena y divertida que lo que nos pudo parecer en un principio. Enhorabuena porque creo que tu entrada esta muy completa.
Estupendo, Verónica.
EliminarPerfecto, Carolina.
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